sábado, 3 de octubre de 2009

¿Me escuchas?

Había un hombre que tenía dificultades para comunicarse con su esposa, el estaba determinado a demostrar que ella se estaba quedando sorda y que eso causaba sus problemas de comunicación. Así que decidió hacer una prueba para demostrarlo, sin que ella se diera cuenta.

Una noche se sentó en una silla en el lado opuesto de la habitación donde su esposa se encontraba. Ella estaba de espaldas y no lo veía. El susurró muy bajito: ¿Me escuchas?... no hubo respuesta.

Se acercó un poquito más y susurró de nuevo las mismas palabras, no escuchó respuesta.

Se acercó aun más calladamente y susurró las mismas palabras, pero tampoco escuchó respuesta alguna.

Finalmente se puso detras de ella y le dijo: ¿Me escuchas ahora?

Para su sorpresa ella respondió con un poco de disgusto: ¨Te lo digo por cuarta vez, si, te escucho¨.

Que advertencia para nosotros, pues algunas veces juzgamos a los demás, criticándolos, cuando las faltas son nuestras.

Jesús que conocia bien la naturaleza humana, nos advirtió diciendo: ¨Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis y no seréis juzgados¨ (Lucas 6:36-37 )

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