domingo, 27 de mayo de 2012

Aprende de Tus Errores

Un ganador es aquel que sabe cuanto le queda por aprender, aun cuando los demás le consideren un experto.
Un perdedor quiere ser considerado como un experto por los demás, aun antes de haber aprendido lo suficiente como para entender lo poco que sabe.  (Sidney Harris)

Toma unos minutos para evaluar tu día, toma un día doce veces al año para evaluar tu mes, toma una semana para reflexionar en el pasado y mirar hacia el futuro.
Cada día toma tiempo para arreglar tus cuentas con Dios, mirate con honestidad, cuestionate con liberalidad, arrepientete con integridad, cambia con humildad y valentia las cosas que necesites cambiar por el sendero de la vida.

sábado, 12 de mayo de 2012

SI LO PUEDES SOÑAR, CONCEBIR Y CREER, LO PUEDES LOGRAR...


(NAPOLEÓN HILL 1883-1970 - Entrevistador de grandes triunfadores). Su cita más famosa es: "Lo que la mente del hombre puede concebir y puede creer, lo puede lograr" Napoleón Hill nació pobre en 1883 en Virginia. Cuando tenía 10 años, su madre se murió y él se volvió un niño rebelde y odioso. Dos años después su padre volvió a casarse. Cuando Napoleón se encontró a su madrastra, ellos le dijeron: - "Napoleón es el hombre más perverso que usted se podrá encontrar..." Ella puso sus manos en sus hombros y dijo: - Él no es un muchacho soez. Él es quizás el muchacho más inteligente en el mundo, pero simplemente no sabe qué hacer con su inteligencia. Esas palabras tuvieron un impacto grande en la vida del niño. Fue un hombre increíble. Luchando contra toda clase de grandes desventajas y presiones, dedicó más de 25 años de su vida a entrevistar a los grandes triunfadores y a investigar sus carreras. ¿Su meta? Aislar y definir las razones por las cuales tantos fracasan y tan pocos alcanzan el éxito. Entrevistó a 500 millonarios que le revelaron el origen de su riqueza. Thomas Edison, Alexander Graham Bell, Henry Ford, Elmer Gates, Charles M. Schwab, Theodore Roosevelt, William Wrigley Jr., John Wanamaker, WIlliam Jennings Bryan, George Eastman, Woodrow Wilson, William H. Taft, John D. Rockefeller, F.W. Woolworth, Jennings Randolph, entre otros.

El resultado de su trabajo fue una filosofía de 17 principios por los cuales estos hombres adquirían sus riquezas y construían sus imperios comerciales. Estos principios son: 
1. Precisión de objetivos. 
2. Genio creador. 
3. Una personalidad agradable. 
4. Fe aplicada. 
5. Recorre un kilómetro más. 
6. Trabajo en equipo. 
7. Visión creadora. 
8. Autodisciplina. 
9. Exactitud de pensamiento. 
10. Aprender de la derrota. 
11. Atención controlada. 
12. Iniciativa personal. 
13. Entusiasmo. 
14. Dedicación de tiempo y dinero. 
15. La conservación de una buena salud física y mental. 
16. Utilización de la fuerza del hábito cósmico.
17. Una actitud mental positiva. 

El trabajo de Napoleón Hill se documentó en una obra de ocho tomos publicada en los años treinta del siglo pasado. Esa obra hoy no está disponible, pero sí existe una versión condensada, publicada en 1937, con el título de Piense y Hágase Rico, que hoy sigue siendo un best-seller. De él se cuenta que sus padres le pusieron ese nombre con la esperanza de que un tío rico del mismo nombre le dejara al menos una parte de su fortuna. El tío finalmente no le dejó nada pero lo curioso es cómo agradece Hill el que esto hubiera ocurrido. El afirma que: De haber heredado una fortuna no hubiera tenido que luchar para superar el medio de pobreza, ignorancia y superstición en el que me encontraba. 

De Napoleón Hill nos quedan sus enseñanzas: Si piensas que estas vencido, lo estás; si piensas que no te atreverás, no lo harás; si piensas que te gustaría ganar, pero no puedes, es casi seguro que no lo lograrás. Si piensas que vas a perder, ya has perdido; porque en el mundo encontrarás que el éxito comienza con la voluntad; todo está en el estado mental. 

Muchas carreras se han perdido antes de haberse corrido, y muchos cobardes han fracasado antes de haber su trabajo empezado. Piensa en grande y tus hechos crecerán, piensa en pequeño y quedarás atrás, piensa que puedes y podrás; todo está en el estado mental. Si piensas que estás aventajado, lo estás; tienes que pensar bien para elevarte, tienes que estar seguro de ti mismo, antes de ganar un premio. La batalla de la vida no siempre la gana el hombre más fuerte o el más ligero, porque tarde o temprano, el hombre que gana, es aquel que cree poder hacerlo. No importa a qué te dedicas, ¡¡lo importante es que conozcas qué quieres lograr con lo que haces!!! 

Tus sueños son la fuerza que motiva todas tus acciones; son la razón por la cual te levantas en la mañana y te vas a trabajar; son el combustible que mantiene ágil tu andar, te dan la energía y la disciplina para desarrollar los nuevos hábitos que necesitas adquirir para triunfar. Desafortunadamente sólo un pequeño número de personas se toman el tiempo para dar este paso y, como resultado, la mayoría de las personas admiten no tener una dirección clara en su vidas; de ahí el circulo sin fin en el que viven. Revisa tus objetivos a nivel personal, profesional, familiar y no permitas que nada ni nadie entorpezca el plan de acción que te has forjado en la vida.

martes, 29 de junio de 2010

El Perfume

¿Qué es?

El diccionario lo describe como una combinación de distintas sustancias provista de olor suave y agradable al olfato.

Historia:
Como indica su etimología (del latín per fumum, a través del humo), se empleó para fumigación mediante la quema de leña o de resinas odoríferas (sándalo, ciprés, incienso, etc.), y en este sentido constituyó un elemento fundamental del ritual religioso de muchos pueblos.

En su acepción moderna de mezcla olorosa, el perfume tiene también un origen muy remoto, ya que, conocido por los egipcios y otros pueblos orientales, fue utilizado posteriormente por griegos y romanos. En Roma, principalmente en la época imperial, el uso del perfume alcanzó mucha difusión; no sólo se rociaban con él los hombres y las mujeres, sino que se empleaba para todo; incluso las tazas para el vino estaban fabricadas con material perfumado.

Rechazado durante la Edad Media a causa de la austeridad de las costumbres cristianas, el perfume recibió otra vez un fuerte impulso cuando el cambio de las condiciones económicas permitió que se iniciara un próspero comercio con Oriente, de donde provenían las esencias más cotizadas. Durante el Renacimiento el uso del perfume se propagó nuevamente, hasta tal punto que al celebrarse alguna fiesta se acostumbraba frotar con ungüentos perfumados los objetos de la casa e incluso los animales. Italia estuvo a la vanguardia de la producción de perfume, los cuales exporta a Francia y a Inglaterra hasta el siglo XVIII inclusive.

A finales de dicha centuria entró en competencia la producción de perfumes franceses que, con el transcurso del tiempo, alcanzaron prestigio internacional sólidamente mantenido en nuestros días.

Clasificación:
Los perfumes se clasifican de acuerdo con su tipo de aroma en varias series:
Rosado, anaranjado, jazmín, balsámico, violeta, alcanforado, nardo, citrina, herbáceo, mentolado, clavel, anisado, almizclado, sándalo, almendro y fruta.

Según su origen pueden ser:
Vegetales, animales y sintéticos.

Según su volatilidad:
Ligeros, consistentes y fijos.

Los constituyentes del perfume son:
El diluyente, el fijador y la esencia.

El diluyente que constituye la mayor parte del perfume sirve para disolver los aromas fuertes de las esencias; el más empleado en la antigüedad era el aceite de oliva, que desleía perfectamente muchas sustancias odoríferas. Actualmente el diluyente más utilizado es el alcohol etílico, que presenta las ventajas de tener solamente un ligero olor y ser incoloro y mejor disolvente que el aceite de oliva.

El fijador sirve para atenuar e igualar las velocidades de evaporación de los distintos constituyentes odoríferos, y puede ser inodoro o tener un aroma particular; en este último caso debe utilizarse en proporción a las sustancias olorosas que el perfume contenga.

Entre los distintos fijadores los hay de origen animal (almizcle, ámbar gris, etc.) vegetal (ámbar vegetal, incienso, etc.) y otros obtenidos por procedimientos sintéticos (por ejemplo el diacetato de glicerina).

Las esencias o aceites esenciales, que son las sustancias que proporcionan al perfume su nota característica, se obtienen generalmente de las plantas y se preparan por vía sintética; resultan del metabolismo de los vegetales, son muy volátiles y se extraen de las flores u otras partes de la planta.

La destilación es el método más utilizado para la obtención de los aceites esenciales porque constituye el proceso más económico y permite conseguir productos muy puros. El agua que queda después de efectuarse esta operación contiene disuelta todavía gran cantidad de esencia y se vende en el comercio con el nombre de agua de rosas, agua de azahar, etc.. Sin embargo un inconveniente de este proceso es el hecho de que no puede emplearse para conseguir algunas esencias que podrían resultar alteradas por el calor o por el agua misma.

El procedimiento de extracción por presión, que se emplea principalmente para la obtención de las esencias de limón, naranja, mandarina y bergamota, consiste en exprimir la cáscara de los frutos mediante esponjas en las que recogen los aceites esenciales, los cuales se separan más tarde de las impurezas por decantación. Este procedimiento puede efectuarse al calor o a temperatura ambiente. La mezcla de grasas se sumerge en alcohol para que disuelva y absorba el aceite esencial y mediante una nueva destilación se obtiene la esencia pura. Para la extracción de las esencias de jazmín y de nardo, y con el fin de que no resulten alteradas por el calor, se utiliza el proceso de disolución en frío. Aunque los aceites esenciales que se obtienen son muy puros, este procedimiento se ha abandonado prácticamente porque resulta muy costoso y de bajo rendimiento.

La extracción mediante disolventes volátiles consiste en lavar repetidamente las flores con éter de petróleo, benzol, éter etílico, alcohol etílico, etc., que extraen de ellas los aceites esenciales. Mediante lavados y destilaciones sucesivas se obtiene el aceite esencial puro, llamado también esencia absoluta (quintaesencia).

Puesto que, según las teorías modernas sobre la percepción de los olores, tiene gran importancia la estructura molecular y la presencia de determinadas agrupaciones características, resulta que se pueden obtener aromas similares con sustancias que tienen una composición química diferente pero una estructura similar, o bien, sustancias de igual composición química, pero de estructura (isómeros) diferente, pueden tener aromas distintos. En este principio se basa la moderna producción industrial y sintética de los perfumes.

lunes, 10 de mayo de 2010

La historia del bambú

El Bambú es el árbol de mayor crecimiento de todo el planeta, quizás la criatura viva que más rápidamente crece, tanto así que en Japón, se usa aún hoy en día como materia prima y se le da una importancia aún mayor que al cemento, acero o al silicio de los semiconductores, es el más rápido de todas las especies. Dicen que si te quedas quieto mirándolo, puedes verlo crecer, y no es de extrañar, pues crece hasta 32 metros por mes. Eso significa que crece un metro diario, unos cinco centímetros por hora. Es algo realmente sorprendente.

Sin embargo tú puedes tomar hoy una semilla de bambú y plantarla en el jardín de tu casa, puedes regarla durante meses y meses, y no conseguirás que brote ni el más pequeño tallo.

Eso podría ser una gran decepción para ti, ¿verdad? ¿Por qué esa planta que crece tan rápido no crece en tu jardín?

En un primer momento puedes echarle la culpa a la tierra, quizás sea demasiado pobre, pero si eres listo verás que otros árboles viven en ella, así que no debe ser esa la razón.

Quizás sea el clima de tu país, ¿Quién sabe? Quizás necesita otro ambiente para salir adelante.. Sin embargo en Japón y China se mezclan temperaturas extremas en todos los sentidos. Y esa planta aguanta el más caliente Sol y el Frío más extremo. De hecho es famoso por su habilidad para sobrevivir en cualquier circunstancia.

Quizás puede ser que seas tú, quizás el problema esté en ti, quizás tú seas un inútil y no puedas hacer que crezca el bambú.

Te reto a hacerlo, toma una semilla y riégala durante siete meses... ¡No lograrás nada! ¿Por qué lo sé?

Porque esa es una planta muy sabia. El bambú durante sus siete primeros años (si, siete años) crece hacia abajo, haciendo expandir sus raíces hasta lo más profundo. ¿Por qué? Porque es sabía y se está preparando. Se está preparando para después ser capaz de alcanzar el mayor de los éxitos y ser la planta con el crecimiento más rápido que existe en todo el reino vegetal.

Ser el número Uno no es fácil, hay que prepararse mucho para ello, y el bambú lo consigue gracias a siete años de profundizar sus raíces.

Entonces se hace tan poderoso que en un mes crece 32 metros, y aún cuando lo cortes seis veces, seguirá creciendo hasta los 32 metros en un solo mes. Por eso es tan apreciado. Porque sabe prepararse para triunfar, y si la desgracia cae sobre él, sabe renacer de sus cenizas y llegar otra vez a lo más alto empezando desde casi cero.

¿Por qué es capaz de hacer eso?

Porque sus siete años de raíces le dan la fuerza para ello, su vida reside en su raíz, y aunque cortes el tallo, este seguirá creciendo.

¿Has probado a cortar un Roble o un Pino? apreciarás que jamás vuelven a brotar. Ellos no se prepararon tanto como el bambú y acaban pagando eso con su vida, con su fracaso. Sin duda alcanzan un primer éxito más rápido que el bambú, a los pocos meses ya tienen un tallo fuera de la tierra.

Sin embargo un roble de siete años aún es un árbol pequeño, joven y delicado. Si le azota una tormenta lo arrancará y morirá; jamás podrá soportar que lo corten a la mitad horizontalmente, porque entonces morirá.

Y sin embargo el sabio Bambú, con sólo siete años y un mes, es un árbol poderoso, de treinta y dos metros, al que puedes cortar una y otra vez, la desgracia puede azotarle y una y otra vez seguirá creciendo. El éxito reside en él y ni aún la peor tormenta puede vencerle, su sabiduría al prepararse apropiadamente, le predestina para el éxito.

Los humanos somos como los árboles, con la diferencia de que nosotros podemos elegir entre ser Robles o Bambúes.

Algunos quieren el éxito rápido, hacerse ricos rápido y sin esfuerzo, hasta un tonto quiere ser poderoso y rico rápidamente y sin esfuerzo.

De hecho todos los tontos lo desean. Son como el Roble, se posan sobre la tierra y esperan triunfar de una forma rápida y fácil, no quieren dedicar tiempo a prepararse, no desean perder el tiempo con esas cosas, quieren resultados rápidos y ya... y a la menor adversidad fracasan, mueren profesional y emocionalmente.

Pobrecitos, echan la culpa a todos los demás de su propios fracasos al no querer prepararse, y pagan el fracaso ¡Vaya que si lo pagan!

Otras personas son mucho más sabias, son los triunfadores que alcanzan todo lo que desean en la vida. ¿Cómo actúan? Hacen como el sabio bambú, primero se preparan, saben profundizar y reforzar las raíces del conocimiento, de la moral, de lo espiritual y de sus habilidades en su mente, durante el tiempo que sea necesario para, cuando por fin están preparados, crecer de una forma asombrosamente rápida, ser los mejores y conseguir el éxito. Un éxito sólido y duradero que ninguna tormenta es capaz de vencer a estos sabios triunfadores, tanto da que la mayor de las desgracias caiga sobre ellos, renacen una y otra vez de sus cenizas, porque tienen los recursos internos necesarios para hacerlo.

lunes, 19 de abril de 2010

Por Favor… Papito No Hagas Eso De Nuevo.

Cuando mi hijo tenía solo tres años, él y sus hermanas jugaban correteándose por toda la casa con grandes carcajadas haciendo erupción cada tantos minutos cuando alguno de ellos se acercaba a tocar a sus hermanos.

Las risitas fueron interrumpidas de repente por un estrépito seguido de un llanto de dolor por una herida ensangrentada. Me puse de pie y corrí hacia la sala donde el aparente accidente había tenido lugar. Mi hijo había tomado la esquina del cuarto demasiado rápido y había caído de cabeza sobre la esquina de una mesa. Rápidamente le recogí del piso donde yacía y le abracé tanto para consolarle como para examinar la herida…chorros de sangre brotaban de su frente.

Para cuando llegamos al cuarto de urgencia, sus lágrimas habían amainado un poco pero yo anticipaba nervioso el pequeño trauma que nos esperaba. Tras examinar la frente de mi hijo, el médico confirmó que necesitaría coser la herida para que pudiese sanar adecuadamente.

La buena noticia era que sólo requeriría un punto. La mala era que el médico planeaba cocerlo sin anestesia. “Podemos puyarlo una vez o hacerlo dos veces”, me informó el médico.

Se me dijo entonces que inyectarle la anestesia local sería tan doloroso y traumático como coserle un solo punto. La puyada de la inyección sería seguida por una segunda puyada para coser la herida. De mala gana estuve de acuerdo con el médico y opté por la puyada única. 

Animé a mi hijo diciéndole que estaba siendo un “niño valiente” mientras los médicos y yo le atábamos suavemente con un aparato para evitar que su cuerpecito se moviese demasiado durante el procedimiento.

Por dentro luchaba por aguantar las lágrimas mientras él me miraba con ojos asustados pero confiados. “Sigue mirando a Papá”, le animaba. “Estás siendo muy valiente”. Sus enormes ojos se mantuvieron fijos en los míos mientras el médico lavaba suavemente la herida y se preparaba para cerrar la herida con el punto de sutura.

“OK, aquí vamos”, dijo suavemente el médico. “Esto será rápido”. “Sigue mirándome a mí”, dije intentando sonreír y atraje sus confiados ojos hacia mí. “Papá está aquí”. Con precisión y rapidez, el médico rápidamente metió la aguja curveada en la piel hinchada cercana a la herida en la frente de mi hijo.

Los ojos de mi hijo se agrandaron al sentir el dolor. Entonces, en una voz sollozante que conllevaba la dulzura e inocencia que sólo un niño de tres años puede invocar, me miró y me dijo: “Por favor, Papito, no hagas eso de nuevo”.

Mi corazón se quebrantó. ¿Cómo explicarle a un hijo de tres años que el dolor que experimenta (un dolor que al menos en su mente, era causado por mí ) era inflingido con amor, con un deseo de traer sanidad? Increíblemente, ese es uno de mis más preciados recuerdos de la niñez de mi hijo.

El procedimiento acabó casi tan rápido como había comenzado y, después de unas cuantas horas, mi hijo había regresado a las risitas con sus hermanas (aunque correr por la casa fue prohibido desde ese día en adelante).

Su confianza y dulce respuesta a la situación siguen penetrando mi corazón con amor hacia él. Ese episodio también me recuerda del amor y cuidado de nuestro Padre Celestial hacia nosotros y aquellos a nuestro alrededor quienes pudiésemos experimentar un tiempo de sufrimiento en nuestras vidas.

En mi mente, puedo visualizar a Dios sosteniéndonos como nuestro Padre cada vez que estamos lastimados y diciéndonos que mantengamos la mirada y confianza puestas sobre Él, aun cuando no comprendamos por qué nos pasan las cosas. Cuando somos tentados a culparlo por nuestro dolor y gritar: “Por favor, Papito, no hagas eso de nuevo”, podemos tomar consuelo en saber que Él está muy cerca a nosotros y que nos ama y confiar en que, aunque no siempre comprendamos, hay un propósito detrás de cada cosa que nos pasa.

Así que mantengamos nuestra mirada en Él. Confiemos en Él. Él nos sostiene y nos sana. Nunca nos soltará. Sepamos también que aquella risa o cualquiera sea la manera en que expresamos nuestro gozo volverá a ser parte de nuestra vida una vez más.

Tim Wright

Fuente: www.AsAManThinketh.net